Juntamos estas dos técnicas para optimizar el efecto terapéutico de la EPI interviniendo siempre con precisión en el punto de la lesión y poder observar los cambios que se dan en ella. Sin la aplicación del ecografo, estaríamos pinchando a “ciegas» o «por intuición», y esto reduce el porcentaje de mejora para el paciente.
¿Qué beneficios ofrece?
El tratamiento se aplica de forma directa sobre el tejido alterado y/o degenerado.
Las modificaciones en la estructura y en el comportamiento mecanobiológico del tejido blando son inmediatas y en tiempo real.
La efectividad es alta respecto a los tratamientos convencionales de fisioterapia.